Instalado en una red de agua, el dosificador proporcional funciona sin electricidad, utiliza la presión del agua como fuerza motriz.
Así accionado, aspira el producto concentrado en un recipiente, lo dosifica al porcentaje deseado, lo homogeneiza en la cámara mezcladora con el agua motriz. La solución realizada es entonces enviada río abajo. Una vez regulado, el dosificador no requiere ni intervención, ni control del exterior.
La dosificación del producto inyectado es constante, rigurosamente proporcional al volumen de agua que pasa por el dosificador, cualesquiera que sean las variaciones de presión y de caudal que puedan intervenir. La alta precisión de la dosificación anula cualquier riesgo de sobredosificación, contribuyendo así al respeto del medio ambiente.