La Comunitat Valenciana se caracteriza, entre muchas otras cosas, por la gran diversidad y riqueza de los productos que generan sus fértiles tierras, debido, en gran parte, a sus excepcionales condiciones edafológicas y climáticas.

Desde los consagrados cítricos, las frutas dulces y hortalizas, que se producen en los regadíos de la franja costera, hasta los cultivos tradicionales de los secanos del interior, tales como la vid, el olivo o el almendro, la variedad y calidad son prácticamente inagotables.

Ejemplo de las excelentes cualidades que caracterizan a las frutas y hortalizas de la Comunitat Valenciana son las ocho denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas que poseen frutas frescas como la Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó, los Nísperos de Callosa d’En Sarrià, el Kaki de la Ribera del Xúquer, las Cerezas de la Montaña de Alicante y los Cítricos Valencianos; así como hortalizas entre las que se encuentra la Alcachofa de Benicarló, o la Chufa y el Arròs de València. Ello convierte a esta comunidad autónoma en la que mayor número de figuras de calidad para frutas y hortalizas atesora de toda España.

Todos estos productos ofrecen, gracias a sus vitaminas, fibras y demás elementos naturales, propiedades beneficiosas para el organismo humano altamente recomendadas por los especialistas. Por esta razón, desde la Generalitat se quiere fomentar el consumo de las frutas y hortalizas, así como de todos los elementos que forman parte de la reverenciada Dieta Mediterránea, considerada internacionalmente como el modelo alimentario más saludable.

Estas han sido las razones por las que la conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación ha diseñado una campaña de promoción que, bajo el lema «Sabor Mediterráneo», dará a conocer, tanto en el mercado nacional como en el internacional, la calidad de los productos gastronómicos obtenidos por todos los operadores que conforman el sector agroalimentario de la Comunitat Valenciana.

Pero el esfuerzo económico, técnico y humano que se está realizando para fomentar el consumo de los productos valencianos se complementa con el trabajo firme y continuado del Gobierno valenciano por ahorrar agua y lograr los recursos hídricos necesarios para garantizar el futuro del campo.

Así, fruto del compromiso por poner a disposición de los regantes valencianos el agua suficiente y de calidad imprescindible, la Generalitat ha invertido en los últimos años más de 1.114 millones de euros en la modernización de los sistemas hidráulicos, con lo que se ha instalado el riego localizado en el 67% de la superficie de riego de la Comunitat Valenciana, lo que sitúa a esta autonomía a la cabeza de la gestión ejemplar del agua en España, donde la media de la superficie modernizada se sitúa en un 8%.

Además, para paliar en la medida de lo posible este acuciante problema, agravado por la derogación del trasvase de las aguas del Ebro a la Comunitat Valenciana, la conselleria de Agricultura ha puesto en marcha nuevas medidas de mejora de las infraestructuras hidráulicas, enmarcadas en el ambicioso Plan Millorar Gota a Gota.

Hortofruticultura de gran calidad

Naranjas, mandarinas, limones, pomelos, manzanas, peras, nísperos, albaricoques, melocotones, cerezas, ciruelas, granadas, caquis, uva de mesa, almendras, lechugas, coliflor, tomates, cebolla, pimientos, alcachofas, melones, sandías y judías, son algunas de las frutas y hortalizas más significativas de las que se obtienen en estas tierras fértiles. La suma de todas estas producciones alcanza anualmente los 4,2 millones de toneladas, cuyo valor supera los 1.300 millones de euros, lo que supone el 75,8% de la renta agraria de la Comunidad. Estos datos indican que el sector hortofrutícola valenciano genera el 61,9% de la producción vegetal y el 49,4% de la agraria.

Además, la superficie de producción se extiende sobre 342.000 hectáreas, es decir, el 42,6% de la superficie cultivable y el 14,8% de la superficie total de la Comunitat Valenciana.

Como bien es sabido, la citricultura es, sin duda, la producción agrícola por excelencia en esta comunidad, donde ocupa una superficie cultivada de 184.000 hectáreas y genera una producción de entorno a las 3.800.000 toneladas por campaña, lo que supone casi el 80% de la producción nacional. Pero sobre todo, más allá de su indudable valor económico, que supera anualmente los mil millones de euros, constituye una forma de vida para miles de agricultores de Valencia, Alicante y Castellón.

Además de liderar los mercados nacionales e internacionales, la citricultura valenciana continúa siendo impulsada para su optimización a través de las investigaciones desarrolladas en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, centro de referencia mundial en materia citrícola. En el IVIA se llevan a cabo proyectos como el de obtención de nuevas variedades tardías que permitan abastecer los mercados durante prácticamente todo el año, habiéndose registrado actualmente ocho nuevas variedades de estos cítricos en la Oficina Española de Variedades Vegetales.

También en el subsector de las frutas frescas, cabe destacar el cultivo del melocotón, cuya producción alcanza las 44.000 toneladas, así como el de la granada, que supera las 28.000 toneladas, y el del níspero, con 25.000 toneladas, de las que prácticamente el 92% se distingue con la denominación de origen «Nísperos de Callosa d’En Sarrià». No menos significativa, especialmente en tierras del interior como la comarca alicantina del medio Vinalopó, es la producción de uva de mesa, cuya calidad también ha sido reconocida con la denominación de origen «Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó». Anualmente se generan unas 170.000 toneladas, cultivadas sobre una superficie de 11.000 hectáreas, de las que una cuarta parte son identificadas con el citado distintivo de calidad.

En cuanto a las hortalizas, cabe destacar la producción de las alcachofas, que ocupan una superficie de 4.668 hectáreas, distribuidas entre las tres provincias, y entre las que cabe destacar las obtenidas en la comarca del Baix Maestrat, por su calidad reconocida con la denominación de origen «Alcachofa de Benicarló». En concreto, se producen anualmente unas 74.000 toneladas, de las que 5.000 son de categoría «Extra» y «Primera» pertenecientes a la variedad Blanca de Tudela y, por lo tanto, distinguidas con la marca de calidad. Estas alcachofas se caracterizan por su forma ovalada, sus hojas compactas y su singular  hoyuelo, características de calidad, conferidas por las óptimas condiciones ambientales y el buen hacer de los agricultores del norte de Castellón.

Del mismo modo, deben ser citadas entre las cosechas de hortalizas más cuantiosas las sandías, cuya producción ha alcanzado en 2004 las 150.000 toneladas, procedentes en su mayoría de la provincia de Valencia. En cuanto a volumen de producción, también destacan los tomates, especialmente de las provincias de Alicante y Castellón, con 137.000 toneladas, y las cebollas y lechugas, con 80.000 y 70.000 toneladas, respectivamente.

Pero, el paisaje de la Comunitat Valenciana, además de por su colorido verde y anaranjado, también se caracteriza, en las zonas de interior, por sus numerosas terrazas, bancales y acusadas pendientes, donde pese a la dificultad de mantener una actividad competitiva, más de 80.000 familias se dedican al cultivo de frutos secos.

Así, esta comunidad se convierte en una de las principales productoras de España, especialmente de almendra, con unas 50.000 toneladas anuales, y de algarroba, con 30.000 toneladas. En total existen en la Comunitat Valenciana más de 111.000 hectáreas dedicadas al cultivo del almendro y cerca de 33.000 al algarrobo, de las que prácticamente el 60 por ciento se cultivan en la provincia de Castellón.

En definitiva, un clima privilegiado, los mejores materiales vegetales, unas técnicas de cultivo depuradas tras muchos años de experiencia, unos excelentes profesionales de la comercialización y, sobre todo, unos extraordinarios agricultores que han demostrado su capacidad de innovación y adaptación constituyen los componentes imprescindibles de la fórmula del Sabor Mediterráneo.