En la Comunidad de Madrid, hace tan solo 40 ó 50 años, alrededor de los núcleos de población, como la ciudad de Madrid, existían cinturones de huertos. Los vecinos de entonces recuerdan los huertos urbanos de «La China» y «Vallecas» y las periurbanas de Perales del Río, Fuenlabrada y Leganés, por un lado y las de Arganda, Velilla de San Antonio y Mejorada del Campo por otro, y ya las más alejadas del Guadarrama y el Alberche, del Henares, del bajo Jarama, del Tajo y del Tajuña, las cuales abastecían nuestro mercado con los productos de temporada que allí se daban.

Actualmente nuestra horticultura comercial, se asienta prácticamente sobre dos comarcas, la suroccidental y la de las Vegas, concretamente sobre los términos de Villa del Prado, Navalcarnero en la primera y San Martín de la Vega, Ciempozuelos y Aranjuez en la segunda.

Existen aproximadamente unas 250 has. de invernaderos, ubicados en las localidades de Villa del Prado y San Martín de la Vega, orientadas la primera al cultivo de pepino y la judía verde, y en la segunda a la producción de espárrago verde.

En los cultivos al aire libre con unas 2.500 has. destacan tres excelentes zonas hortofrutícolas: Las Vegas, Humanes-Fuenlabrada y Navalcarnero-Villa del Prado.

• Las Vegas, cuyas huertas se asientan sobre los aluviones del Tajo, Jarama y Tajuña. Entre los municipios más importantes, atendiendo a su producción, sobresalen: Chinchón, San Martín de la Vega, Ciempozuelos y Aranjuez.
• Humanes-Fuenlabrada, con cultivos parcelarios regados con aguas de captaciones.
• Navalcarnero-Villa del Prado, con plantaciones regadas tanto por la cuenca del río Alberche y sus arroyos, como por captaciones subterráneas.

Atendiendo al calendario de maduración, puede disfrutarse durante buena parte del año de los nutritivos puerros de Villa del Prado, del sabrosísimo Repollo de Navalcarnero y de la acreditada zanahoria de Fuenlabrada.

En abril maduran los pepinos de Villa del Prado, de tipo corto, muy al gusto del consumidor. En mayo lo hace la tierna lechuga «Romana» de Fuenlabrada, Navalcarnero y San Martín de la Vega, además de las popularísimas cebolletas.

De junio a marzo dispondremos de las acelgas de Villa del Prado, con sus blancas y tiernas pencas; mientras que llegado agosto aparecen las judías verdes, también de Villa del Prado, estrechas, rectas, planas y carentes de hilos.

En otoño llega la coliflor, mientras que en invierno proporciona la típica lombarda, convertida por los madrileños en uno de los símbolos de la Navidad. Tampoco podemos olvidar las coles de Bruselas, fruto del buen hacer de los horticultores de Aranjuez.

Con la salida del invierno y hasta final de primavera está presente en los mercados la alcachofa de Ciempozuelos, que cuenta con innumerables presentaciones para hacer las delicias del comensal más exigente.

Además, otros cultivos emblemáticos de la Comunidad de Madrid, por su tradición e importancia socio-económica para algunas localidades como Villaconejos y Chinchón, son los melones y los ajos. El cultivo del melón con la introducción en la producción de cobertura de plástico y riego por goteo, han ocasionado un apreciable incremento de su superficie en el ámbito de nuestra comunidad hasta el punto de ser en este momento uno de los más importantes que se producen.

Alrededor de estos dos productos, hay todo un conjunto de almacenes para su manipulación y comercialización que son piezas claves en la economía rural de esta parte de la comarca de Las Vegas.

En cuanto a la comercialización, en primer lugar hay que decir que nuestro mercado natural era y sigue siendo Madrid.

La comercialización de la horticultura madrileña se encuentra favorecida por la ubicación. La proximidad a un mercado de 5 millones de consumidores permite ofrecer un producto fresco y con menor coste de transporte.

Formas de comercialización: en MercaMadrid, venta directa por los agricultores. A minoristas y consumidores, en la propia explotación o en los mercadillos locales.

Los cultivos hortícolas de la Comunidad de Madrid representan el 15% del total de las entradas de MercaMadrid.

En general y como conclusión, se deduce que el sector hortofrutícola mantiene una alta calidad en sus producciones y, aunque utilizan técnicas actuales de cultivo, podemos decir que, incluso en los invernaderos, se aplica una tecnología «blanda». Estudios realizados por la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural sobre los restos de fitosanitarios en los productos hortícolas, han dado en gran parte de sus análisis ausencia de ellos y en aquellos en que aparecía algún brazo, siempre se encontraba por debajo de los niveles permitidos por la legislación.

La Comunidad de Madrid, a través de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Consejería de Economía e Innovación Tecnológica, está haciendo un gran esfuerzo de colaboración y ayuda con los agricultores, tratando de implantar entre otras actividades la Marca de Garantía «Villa del Prado Huerta de Madrid» que contribuirá a potenciar y incrementar el valor añadido de los productos hortofrotícolas amparados.

Productos:

Consejería de Economía e Innovación Tecnológica - Direc. Gral. de Agricultura y Alimentación